Después de un cierto recorrido de desarrollo personal y de viaje al pasado desde mi inconsciente, me di cuenta que una de las cosas que más me costaba, era expresar mis emociones. Desde que nací hasta ahora, la sociedad, la escuela, la familia, todo trata de esconder aquello que sentimos, aquello que anhelamos, aquellas emociones de vulnerabilidad convirtiendo al hombre y a la mujer en un ser disfuncional. Las emociones forman parte de nosotros como el cuerpo, respirar y pensar, esconder debajo de la alfombra aquellas emociones de pena y tristeza no supone una solución a la larga. Pues esas emociones vuelven, tal como si un boomerang fuera, para golpearte más fuerte cuando menos te lo esperas.
La autenticidad de sentir y hablar de tus emociones
Desde mi adolescencia, siempre tuve la gran necesidad de ir y hablar más allá de la superficialidad. Cambiaba constantemente de círculos de amigos pues no encontraba temáticas más allá que las de chicas, coches y fútbol. ¿Os habéis dado cuenta de que la pregunta estrella cuando uno empieza a hablar con alguien es cómo estás? ¿Y que la respuesta suele ser bien? Aunque por dentro ocurra otra cosa muy distinta, la palabra bien se usa como una de esas mamparas del covid pero a nivel emocional. Es algo automático e incluso yo, a veces, me pillo siendo uno de esos que utilizan ese automatismo.
Hace unos años, con ese anhelo de profundidad y compartir, tuve el gran impulso de organizar un círculo de hombres y buscar similitudes entre mis congéneres, encontrando y ganando grandes amistades de aquellos encuentros. Tengo muy gratos recuerdos de esos momentos pues uno estaba abierto a recibir y dar un “no me encuentro bien” cuando así se necesitara. Fue una serie de encuentros preciosos que no dudo volver a repetir en un futuro pues se respiraba amor, fraternidad y humanidad.
Evadir mis emociones no me hizo más fuerte, me hizo más débil
En este periplo que es el desarrollo personal, desde que comencé, comprendí que todos mis límites y bloqueos eran todos por heridas emocionales de vulnerabilidad, ya sea de la infancia u otra vida, bien enterradas en lo profundo de mi inconsciente. Comprendí que para trascender esas heridas, habría que sentirlas, abrazarlas y darle una luz que en su momento no supe dar. Desde que aprendí a ver mi parte vulnerable, no sólo me hice más fuerte, me hice más sabio y más feliz. Pues hay heridas del pasado que alguien con el papel de madre y padre no puede sanar o cubrir. Acoger a ese niño o niña herida, coger la paternidad y maternidad de mi poder personal y nutrir esa herida con la luz y el amor que nace en el corazón de uno mismo, me ha valido para alcanzar cotas enormes de amor, fuerza y bienestar. Es paradójico pero desde que expreso más mis emociones, me siento más fuerte y empoderado.
Escribí para esta ocasión uno de mis poemas, idóneos para el tema que estamos tratando:
Fuerza
Una mente es fuerte
no sólo cuando mueve montañas
sino cuando mueve el corazón.
Un cuerpo es fuerte
no sólo cuando mueve las piernas
sino cuando se mueve con corazón.
Un espíritu es fuerte
no sólo cuando es movido con alma,
sino que lo es cuando es movido con corazón.
El corazón no sólo mueve,
su belleza y su valor conmueve.
El sabio siente, atiende y entiende
las razones del corazón,
porque los pies pueden dar sus pasos
pero su corazón marca las huellas.
Cuando emoción y fuerza
se alinean al corazón,
la fuerza se alinea al universo entero.
Ejercicios para sentir las emociones
Para acabar, os dejo unos ejercicios para mejorar la conexión y el aprendizaje con vuestras emociones:
- Dedica un breve de tiempo de tu día a día a escribir un diario emocional. Cómprate una libreta o bien rellena esta plantilla de excel que puedes descargarte aquí, escoge a tu gusto una de las dos maneras de llevar un diario. Dedica un breve momento al final de tu día para rellenar estas cuestiones sobre algún suceso que quieras observar de tu día a día. Anota aquí discusiones de pareja, sucesos con terceras personas con relevancia, también cuándo te has sentido bien con alguien, etc… Por cierto, no tiene que ser todo emociones negativas. Aporta también al diario emociones como la alegría. Aclaro por si acaso, emociones las de la película de Pixar Del revés (Alegría, miedo, tristeza, ira, asco y además añado sorpresa).
- Cada cierto tiempo durante el día, para de hacer lo que estés haciendo y cierra los ojos. Respira e inspira profundamente. Observa tus pensamientos en ese momento. ¿Están calmados? ¿Siente estrés? ¿Qué sientes en este momento? Siente también si tienes tensiones en el cuerpo. Observa como tus pensamientos generan emociones y a la vez sensaciones o tensiones en el cuerpo.
- Para los iniciados en meditaciones profundas, os recomiendo totalmente realizar meditaciones sobre las tensiones, dolores o rigideces el cuerpo.
- Agradece toda emoción sentida, abrázala y dale luz. Si sientes que alguien no te escucha, escucha y escúchate a ti mism@. Si sientes que alguien no te ama, ama y ámate a ti mism@. Si sientes que alguien no te respeta, respeta y respétate a ti mism@.
- Pide la asistencia de guías o maestras como Guan Yin cuando quieras tener compasión para ti como para los demás.
- Yo uso esta frase mucho: Si Dios/la fuente/espíritu estuviera habitando mi cuerpo, ¿qué haría?
- Si necesitas ayuda, te abro mi corazón y mi consulta para mis sesiones de autoconocimiento y desarrollo personal.
Ha sido un ratito leyéndote muy iluminador! No puedo dejar de sentirme identificada una vez más con lo que escribes. Gracias y gracias compañero de viaje, tu guía me ayuda de nuevo a ser más consciente de lo que soy realmente. ?
Gracias Inma, lo mismo siento respecto a ti también, compañera.
Un abrazo enorme ???